Queridos ordenandos, familiares, seminaristas, amigos, fieles todos. La alegría del Adviento que se vuelve progresivamente más intensa, desbordante, a medida que se acerca la noche santa de la Navidad, se hace hoy más intensa, si cabe, por un nuevo motivo,
En sábado, 18 de diciembre a las 11 horas en la parroquia de San Román, el Obispo de Cuenca, Monseñor José María Yanguas, celebró la ordenación de Diáconos de los seminaristas FRANCISCO MIGUEL MARTÍNEZ RUIZ y CARLOS HERRAIZ AYLLON. Los
En la tarde del sábado, 18 de diciembre, el Obispo de Cuenca, Monseñor José María Yanguas, ha asistido a la inauguración y ha bendecido el Belén del Ayuntamiento de Cuenca que tradicionalmente se instala en la Plaza de la Hispanidad.
Queridos diocesanos: Cada cosa y, desde luego, cada persona tiene su nombre propio. No existe cosa alguna que carezca de nombre por el que es reconocida; tampoco hay persona que no posea su nombre propio; una persona sin nombre que
El seminario Conciliar de San Julián de Cuenca acogió el martes, 14 de diciembre, la reunión de los obispos de la provincia eclesiástica de Toledo, que comprende las cinco provincias de Castilla la Mancha. Estos encuentros se realizan periódicamente para
En este III Domingo de Adviento, el domingo de la alegría, el Obispo de Cuenca, Monseñor José María Yanguas ha realizado una Visita Pastoral a las localidades de Villar del Saz de Arcas y Arcas.
El III Domingo de Adviento, Domingo Gaudete ha sido un día de gran alegría para toda la Diócesis de Cuenca porque en la parroquia de San Fernando se celebró el Rito de Admisión de los seminaristas David Guirado Gutiérrez y
El Obispo de Cuenca, Monseñor José María Yanguas, realizó el sábado, 11 de diciembre, una Visita Pastoral a Verdelpino de Huete, Bonilla y Caracenilla.
Queridos diocesanos: Llegada la gran fiesta de la Inmaculada Concepción, la Purísima como es conocida en España, parece que los días pasan más rápidos acercándonos a las fiestas de la Navidad del Señor, esperadas y deseadas por todos, quizás, de
Queridos hermanos: El Concilio Vaticano II, al presentar a la Bienaventurada Virgen María a la luz del misterio de Jesucristo y de la Iglesia habla con escuetas palabras de la solemnidad que hoy celebramos. Allí se nos dice que fue
