El sábado, 13 de diciembre, se celebró el Rito de Admisión a las Sagradas Órdenes de los seminaristas Alberto Martínez y Hermelo Okue Nsue. Es un paso significativo en su camino vocacional hacia el sacerdocio. Los seminaristas son de Albacete aunque cursan sus estudios en el Seminario Conciliar San Julián de Cuenca. Por este motivo la celebración fue en Albacete y la Santa Misa fue presidida por su obispo, D. Ángel Román.
Durante la Eucaristía, ambos seminaristas compartieron su testimonio vocacional. Alberto Martínez subrayó el valor de la comunión y unidad eclesial y el acompañamiento de la comunidad como apoyo fundamental en el camino vocacional, destacando que, aunque la vocación no es un camino fácil, se vive con alegría gracias a la oración, el consejo y el respaldo de la familia, los amigos y la comunidad del seminario. Pidió especialmente la oración por quienes dan este paso y por las nuevas vocaciones, para que nunca falten trabajadores en la viña del Señor.
Por su parte, Hermelo Okue Nsue, originario de Guinea Ecuatorial, ofreció un emotivo testimonio marcado por la gratitud a Dios. Recordó su salida confiada, “como Abraham”, respondiendo a la llamada del Señor sin conocer del todo el destino, pero con la certeza interior del deseo de ser sacerdote. Agradeció las dificultades y las alegrías del camino, la fuerza recibida en el Sagrario y el apoyo de una comunidad que definió como “extraordinaria”, así como el acompañamiento de formadores y compañeros en este proceso de discernimiento y entrega.
En su homilía, D. Ángel Román destacó tres claves fundamentales de este día: gratitud, responsabilidad y despertar vocacional. Invitó a dar gracias a Dios por el “sí” de los seminaristas y por el cuidado constante de la Iglesia, que sigue recibiendo nuevas vocaciones al ministerio sacerdotal. Subrayó también la dimensión comunitaria de este paso, recordando que la vocación es un don para toda la Iglesia y una llamada a vivir en comunión, acogida y corresponsabilidad.
Finalmente, en el contexto del Adviento, el obispo animó a toda la comunidad a vivir este tiempo como una llamada a despertar, a renovar la pasión por el Evangelio y a reconocer la presencia viva del Señor en lo cotidiano. Invitó a no permanecer pasivos, sino a responder con ilusión y compromiso a la llamada personal de Dios, siendo portadores de esperanza y vida para el mundo.
Los seminaristas estuvieron acompañados por el rector del Seminario de Cuenca, D. José Antonio Fernández, el jefe de estudios, D. Matías Romero y el resto de seminaristas.
Fotos: Obispado de Albacete



















