Jornada de Familia y Vida 2006

Día de la Sagrada Familia, 31 de diciembre

“VIVIR EN PARROQUIA, VIVIR EN FAMILIA”

Aún mantenemos vivo el recuerdo del V Encuentro Mundial de las Familias. ¡Cómo no exultar de gozo y agradecimiento por la presencia de nuestro Papa Benedicto XVI, quien proclamó a voz en grito, para todos, la verdad y la belleza del matrimonio y la familia! Esta era su intención, ya anunciada en una entrevista improvisada con los periodistas que le acompañaban en el avión camino de Valencia. Nos recordó a todos que la familia, fundada en el matrimonio indisoluble entre el hombre y la mujer, es una institución insustituible según el designio de Dios; por eso, la Iglesia no se cansa de repetir que la familia es el lugar del amor y de la vida, donde se aprende a amar y a ser amado, el lugar privilegiado para transmitir la fe. La familia, como iglesia doméstica tiene, en efecto, una misión insustituible en la Iglesia y en el mundo. Por eso, la familia es no sólo destinataria de la pastoral familiar, sino también sujeto y protagonista de la pastoral de la Iglesia. Así lo recordamos los obispos en el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España, al indicarnos que “La primera y fundamental estructura y protagonista de la pastoral será siempre la misma familia, ‘lugar’ fundamental donde se aprende la verdad del plan de Dios sobre el hombre y su vocación al amor. A la familia, y más directamente a los padres, corresponde el primer lugar en la educación de los hijos”. [1]

La Delegación Diocesana de Familia y Vida, desde su creación, ha insistido a tiempo y a destiempo en la necesidad de promover una pastoral familiar adecuada, que tiene como fin que la familia – y por lo tanto, la persona – tenga vida, y la tenga en abundancia. Hacemos nuestras las palabras del venerado Juan Pablo II, el Papa de la familia y de la vida, en su carta apostólica “Novo Millenio Ineunte”: “Una atención especial se ha de prestar también a la pastoral de la familia, especialmente necesaria en un momento histórico como el presente, en el que se está constatando una crisis generalizada y radical de esta institución fundamental …Conviene más bien procurar que, mediante una educación evangélica cada vez más completa, las familias cristianas ofrezcan un ejemplo convincente de la posibilidad de un matrimonio vivido de manera plenamente conforme al proyecto de Dios y a las verdaderas exigencias de la persona humana: tanto la de los cónyuges como, sobre todo, la de los más frágiles que son los hijos. Las familias mismas deben ser cada vez más conscientes de la atención debida a los hijos y hacerse promotores de una eficaz presencia eclesial y social para tutelar sus derechos” [2].

Esta misión de la familia es en nuestro tiempo especialmente difícil, y si siempre la familia cristiana ha precisado de la comunidad eclesial, hoy es aún más necesario ofrecer acompañamiento a la familia, siendo ésta una de las principales y más importantes acciones pastorales. Como nos recordó con fuerza Benedicto XVI en Valencia, “los desafíos de la sociedad actual, marcada por la dispersión que se genera sobre todo en el ámbito urbano, hacen necesario garantizar que las familias no estén solas. Un pequeño núcleo familiar puede encontrar obstáculos difíciles de superar si se encuentra aislado del resto de sus parientes y amistades. Por ello, la comunidad eclesial tiene la responsabilidad de ofrecer acompañamiento, estímulo y alimento espiritual que fortalezca la cohesión familiar, sobre todo en las pruebas o momentos críticos. En este sentido, es muy importante la labor de las parroquias, así como de las diversas asociaciones eclesiales, llamadas a colaborar como redes de apoyo y mano cercana de la Iglesia para el crecimiento de la familia en la fe”. [3]

No cabe duda de que la parroquia desempeña un papel específico en la pastoral familiar, por ser el lugar más cercano a las familias concretas. Conoce más directamente sus necesidades y por ello puede prestar una atención mucho más directa y eficaz. Es el lugar propio de la celebración de los sacramentos y de los acontecimientos familiares en los que se hace presente de modo peculiar la Iglesia. Para que esta posición privilegiada dé lugar a una pastoral eficaz, el párroco (y los demás sacerdotes que colaboran con él), debe procurarse la ayuda de matrimonios y acoger con solicitud a los que se prestan a ello. [4]

Consciente de la importancia de la pastoral familiar, que nunca puede considerarse como una pastoral sectorial, la Conferencia Episcopal, a través de la Subcomisión de Familia y Vida, ha hecho de la promoción de la pastoral familiar en las parroquias objetivo prioritario de este año y de los que vienen, y así se hizo saber a los que asistieron al encuentro anual de Delegados y miembros de la Delegaciones de Pastoral Familiar, celebrado el pasado mes de octubre, que giró en su totalidad sobre este punto. Y también en plena consonancia con este proyecto, la misma Subcomisión de Familia y Vida propone celebrar el próximo día 31 de diciembre, día de la Sagrada Familia, la Jornada de la Familia y Vida 2006, bajo el lema “Vivir en Parroquia, vivir en familia”.

Ruego encarecidamente a todas las parroquias de la Diócesis, movimientos, comunidades religiosas y demás realidades eclesiales que pongan especial atención en la preparación y celebración de esta Jornada, que este año se celebra en domingo, Día del Señor, y último de este año 2006. Para facilitar esta labor, la Subcomisión de Familia y Vida ha elaborado unos materiales y subsidios litúrgicos que se envían junto con esta carta. Como acto de preparación de la Jornada de la Familia y Vida 2006, la Delegación Diocesana ha organizado un Rosario en familia el viernes, 29 de diciembre, en la parroquia de San Esteban, a las 20,00 horas, acto de oración al que estamos todos invitados.

El trabajo de la Delegación en esta promoción de la pastoral familiar en las parroquias, no quiere terminar aquí. Siguiendo las directrices marcadas en el Plan Pastoral Diocesano, 2006-07, que contempla, entre los objetivos prioritarios, “Organizar la Pastoral Familiar en las Parroquias, para acompañar mejor a las familias”, ha organizado para este año el Encuentro anual de Familias bajo el lema La Pastoral Familiar en la Parroquia, encuentro que tendrá lugar el próximo día 20 de enero en la Parroquia de San Fernando a partir de las 16,30 horas de la tarde, y del que se enviará puntual información.

Que la Sagrada Familia, icono y modelo de toda familia humana, nos enseñe a caminar con el espíritu de Nazaret y ayude a cada núcleo familiar a profundizar la propia misión en la sociedad y en la Iglesia, mediante la escucha de la Palabra de Dios y la fraterna comunión de vida.

+ JOSÉ MARÍA YANGUAS SANZ

Obispo de Cuenca