Campaña de Navidad de Caritas 2006

La historia de amor de Dios con los hombres, desde la creación, alcanza su plenitud con el nacimiento de su Hijo Jesús.

Tanto amó Dios al mundo que envió a su hijo único (Jn 3, 16) (…) Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. (Lc 2,7) Jesús, el Hijo de Dios, comienza en la tierra su historia de Salvación situándose, por amor, junto a los más humildes y pequeños de la tierra, los pastores.

Hoy, muchos hombres y mujeres de nuestro entorno y de nuestro mundo siguen encontrando grandes dificultades para vivir con dignidad. Una de ellas es la escasa posibilidad de encontrar una vivienda. Inmigrantes, transeúntes, parados de larga duración, familias monoparentales, jóvenes afrontan serias dificultades para acceder o mantener una vivienda adecuada.

Caritas, como corazón misericordioso de la Iglesia y fiel al amor de Dios, mira la realidad en que viven tantos hermanos nuestros y quiere sensibilizar a la sociedad a través de su CAMPAÑA DE NAVIDAD con el lema DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA. Los derechos humanos son universales, las oportunidades deberían serlo. La pobreza y la exclusión social presentes en la sociedad merman las posibilidades de acceso a bienes que son fundamentales para vivir con dignidad. Las cifras escalofriantes que presenta Caritas en esta Campaña deben hacemos pensar. La solidaridad y la promoción de la justicia son una exigencia de la madurez en la fe y una necesidad urgente; ellas han de fortalecer una Iglesia y una comunidad cristiana samaritana, fraternal y comprometida por el bien común de la humanidad a favor de los derechos humanos y de la dignidad de de la persona, y, en especial, de aquellos que se encuentren en situaciones de pobreza y exclusión social. La iglesia es la familia de Dios en el mundo. En esta familia no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario. (Deus Caristas est, 25).

La Iglesia, especialmente a través de Caritas, se sitúa, a ejemplo del Señor, con los últimos y más necesitados y, cada día, da cobijo a miles y miles de hermanos nuestros que se ven privados de una vivienda digna. La defensa de los Derechos Humanos basados en la dignidad de la persona es tarea de la Iglesia, de todos los cristianos y de todos los hombres de buena voluntad, y debemos estar unidos en ella con nuestra oración, con nuestra denuncia profética, con nuestra aportación económica que haga posible los diferentes programas que Caritas lleva a cabo con los transeúntes y personas sin hogar. Es Navidad. Pidamos a Dios, que quiso nacer en pobreza y necesidad, para que todo hombre encuentre una vivienda digna donde nacer y vivir.

Feliz Navidad, y mis mejores deseos para el año nuevo.